martes, 11 de agosto de 2009

Te das cuenta de lo que es la vida

Si para darte cuenta de lo que es la vida tiene que morirse el capitán del equipo con el que te identificas, entonces no te has enterado de nada y por más que te lo pueda parecer, nunca lo harás. El periodista que resalta esa frase en la sección de deportes de la Vanguardia tampoco se entera de nada. Si no hay nada que destacar, no se destaca nada y punto. No es obligatorio que siempre haya el tipo de noticias que se desea publicar. Noticias las hay todos los días, pero sólo se publican algunas y casi siempre son del mismo tipo. Muere Jackson y hala : a esparcir la cosa por todos los medios y durante dìas. Ni su trabajo artístico, absolutamente integrado, falto de innovación, portador y exaltador de valores competitivos, ni su más que dudosa catadura moral lo merecen. Como cuando murió el Papa, que casi nos llegan a enseñar el último estertor.

No se cuenta con el hecho de que haya gente para la que esos acontecimientos son tan tristes e importantes como la muerte de cualquier otro y hasta que quizá seamos más éstos que aquéllos para quienes tienen alguna significación especial. Con esta última muerte espectacular ha ocurrido lo mismo : durante varios días nos abruman con las muestras de cariño -o serà solo perplejidad?- de los aficionados . Y también, con los detalles de la autopsia, de la repatriación y del desconsuelo de sus admiradores, mucho menor, por cierto, que el de una madre que pierde a su hijo, como si en ello nos fuera la vida a todos. La muerte es importante, sin duda, pero lo es la de todos y cada uno; no la de los ídolos, que como tales hace ahora 120 años que se anunciara su ocaso necesario.

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