lunes, 16 de noviembre de 2009

Música moderna

El anuncio del programa de tv3 es toda una declaración de intenciones. Unas manos suaves acarician un piano al tiempo que una voz masculina igualmente acariciadora te presenta el personaje : una lánguida señorita de cuyas ondulantes manos surge una música que suena exactamente igual a ese piano repetido hasta la saciedad y que hará 20 años puso de moda alguna película de Spielberg.

Por el aspecto de la señorita, que parece tener más en común con su tatarabuela que con su prima, por la música y por el presentador, el programa, con todos los respetos, debería llamarse Música del año Mary Castaña. Llamando moderno a lo decrépito, justifica así el presentador (o el guionista o quién sea) su culpa por no haberse sentido jamás atraído por la modernidad.

Entre políticos y periodistas nos engañan como a chinos. Pero eso es porque lo permitimos. Wolfowitz (o era Rowe?) se jactaba, en una entrevista que le hicieron en pleno punto álgido de la era Bush, de, más que deformarla, crear realidad por medio del control de los medios de comunicación. Lo que me ocupa ahora viene a ser lo mismo : no me gusta el mundo? No hay problema. Pervierto el significado de las cosas, manipulo nombres y adjetivos y modelo la realidad como me hubiera gustado que fuera. Los niños hacen así y, por lo visto, también los adultos. La cuestión, entonces, es : quién carajo le da a ese fantoche semejante poder?

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