sábado, 6 de junio de 2015

Vacunas, sí, vacunas, no. Y mientras, estigmatizando.

Me preocupan más las manifestaciones de violencia contra los defensores de la no-vacunación que el propio desarrollo de las enfermedades contra las que las vacunas protegen. No es lo mismo una enfermedad que otra ni una vacuna que otra. Es un tema muy complejo que no conviene considerar a la luz del apasionamiento ni el debate inespecífico entre tertulianos sin otra opción que el amarillismo capaz de defenestrar hasta al propio Fleming, si parece necesario para la pervivencia de la fiesta del espectáculo. 

Por favor, templanza. No se apoyen en la Ciencia para justificar sus opiniones. Contra lo que pueda parecer y que algunos quisieran que le atribuyéramos el papel de un dios o un padre infalible, el dominio de la Ciencia no es el de la certeza, sino todo lo contrario : el establecimiento de los límites de la duda. Lo único seguro es que cualquier teoría científica podría ser considerada como falsa en algún contexto. 

La Ciencia -que no es una, sino un conjunto de conocimientos y disciplinas no siempre armónicas- no dice nada categórico acerca de las vacunas. Ni sí ni no, sino todo lo contrario.

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